viernes, 15 de febrero de 2019

CONSUMO REPONSABLE

El consumo responsable parte de un replanteamiento de nuestras necesidades para satisfacerlas contribuyendo a una sociedad sostenible y justa, sirviéndose de nuestro poder para decidir y optar por opciones que transforman las relaciones y construyen otros modelos de producción-distribución-consumo-desecho alejados del modelo hegemónico capitalista, patriarcal, colonialista, y en general discriminatorio hacia las identidades o formas de vida no normativas.
Resultado de imagen de consumo responsableSe traduce en un conjunto de prácticas diferenciales a diferentes niveles: personal, social, organizacional, institucional y político, implicando cambios en el día a día en todas esas dimensiones; desde qué hace cada persona como consumidora, hasta qué papel juegan las organizaciones y las instituciones como consumidoras y productoras, pasando por qué políticas públicas impulsan contextos que favorezcan estilos de vida sostenibles (mediante incentivos, prohibiciones, etc.) así como qué marcos culturales son necesarios para una nueva cultura del consumo.
   Cuando hablamos de consumo responsable hablamos, también, de estilos de vida, porque no se trata sólo de cambiar una marca o un producto por otro, sino de llevar una vida satisfactoria dentro de los límites biofísicos del planeta, aunando así prácticas cotidianas y valores.
    Los ámbitos del consumo en los que apostar por una transformación son múltiples: agua, energía, alimentación, cultura y ocio, transporte, tecnología, ropa y complementos, finanzas, higiene y cosmética, vivienda, etc. Supone, por tanto, un cuestionamiento de las rutinas y de todo lo que hay construido socialmente alrededor del consumo, algo que implica el desarrollo de nuevas habilidades y nuevo conocimiento. Para que sea realmente responsable, las tareas han de estar distribuidas equitativamente., y aunque las opciones concretas dependen del contexto, requiere consumir menos, reducir nuestro impacto y aumentar nuestra relación con el entorno más próximo.
En resumen podemos tomar dos pilares fundamentales para el desarrollo de un consumo responsable y transformador: la sostenibilidad de la vida, en su dimensión ambiental y de cuidados, y la justicia social, con sus aspectos de equidad, solidaridad, democratización y redistribución.


 Criterios para un consumo responsable
Para ejercer un consumo responsable podemos hacernos una serie de preguntas:
¿Necesito lo que voy a comprar? ¿Quiero satisfacer un deseo? ¿Estoy eligiendo libremente o es una compra compulsiva? ¿Cuántos tengo ya? ¿Cuánto lo voy a usar? ¿Cuánto me va a durar? ¿Podría pedirlo prestado a un amigo o a un familiar? ¿Puedo pasar sin él? ¿Voy a poder mantenerlo/limpiarlo/repararlo yo mismo? ¿Tengo ganas de hacerlo?

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¿He buscado información para conseguir mejor calidad y menor precio? ¿Cómo me voy a deshacer de él una vez que haya terminado de usarlo? ¿Está hecho con materiales reciclables? ¿Las materias primas que se usaron son renovables? ¿Hay algo que yo posea que pueda reemplazarlo? ¿Te has informado de quién y cómo se ha realizado el producto?
La respuesta a todas estas preguntas debería tener en cuenta que, en la mayoría de los casos, realizar un consumo responsable solamente implica realizar un pequeño cambio en nuestros hábitos de consumo, lo que no conlleva ningún inconveniente considerable ni requiere un esfuerzo específico adicional.
A la hora de comprar recuerda que:

-Debes hacerte las preguntas señaladas anteriormente y, sobre todo, pensar si lo que vas a comprar va a satisfacer realmente una necesidad o un deseo, o bien si lo compras compulsivamente.


-Piensa a qué tipo de comercio quieres favorecer. No olvides que consumir productos locales, productos ecológicos o de comercio justo, productos naturales y productos reutilizados y reciclados, son sin duda la mejor opción medioambiental y social.


-Infórmate de las repercusiones sociales y medioambientales de los bienes y servicios. Pide información. Es tu derecho.

-Asegúrate de la calidad de lo que compras de cara a adquirir bienes más saludables y duraderos.

-Busca alternativas que minimicen la explotación de los recursos naturales: segunda mano, reutilizar, intercambios, reparación.


-Haz un buen mantenimiento de lo que compras y, cuando acabe la vida útil de un producto, ten en cuenta las posibilidades de reciclar los materiales de que está hecho.

 Razones para promover el consumo responsable
➝  Solidaridad y respeto hacia todas las personas implicadas en los procesos de producción de los productos o la prestación de servicios que disfrutamos. No solo debemos preguntarnos qué efecto tiene mi consumo en mí, sino también qué efecto tiene en los demás.
➝  Proteger el medio ambiente y dejar a las generaciones venideras un entorno saludable. Conscientes del impacto medioambiental y los residuos que provoca nuestro consumo, no solamente pensamos en el momento en el que disfrutamos del producto o servicio, sino también en el antes y el después.
➝  Otro mundo es posible, y a través de un consumo responsable, podemos poner nuestro granito de arena para hacerlo realidad.

viernes, 8 de febrero de 2019

DESARROLLO SOSTENIBLE

        Conocemos como desarrollo sostenible aquel que satisface las necesidades actuales de las personas sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones. Engloba tres elementos fundamentales que deben complementarse en armonía: la sostenibilidad ambiental, la sostenibilidad económica y la sostenibilidad social.


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      En su vertiente ambiental, la sostenibilidad defiende que la naturaleza no es una fuente inagotable de recursos y vela por su protección y uso racional. Aspectos como el cuidado del medio ambiente, la inversión en energías renovables, el ahorro de agua, la apuesta por la movilidad sostenible o la innovación en construcción y arquitectura sostenible contribuyen a lograr esta sostenibilidad ambiental desde varios frentes.

     En el plano social, la sostenibilidad fomenta el desarrollo de las personas, comunidades y culturas para conseguir un nivel global de calidad de vida, sanidad y educación adecuado y equitativo. La lucha por la igualdad de género, en especial en los países en desarrollo, es otro aspecto que durante los próximos años configurará las bases de la sostenibilidad social.

      La sostenibilidad también busca impulsar un crecimiento económico que genere riqueza equitativa sin perjudicar los recursos naturales.
Una inversión y reparto igualitario de los recursos económicos permitirá potenciar los demás pilares de la sostenibilidad para lograr un desarrollo completo.


Las características de un desarrollo sostenible.

       Las características que debe reunir un desarrollo para que lo podamos considerar sostenible son:
• Promueve la autosuficiencia regional
• Reconoce la importancia de la naturaleza para el bienestar humano
• Asegura que la actividad económica mejore la calidad de vida de todos, no sólo de unos pocos selectos.
• Usa los recursos eficientemente.
• Promueve el máximo de reciclaje y reutilización.
• Busca la manera de que la actividad económica mantenga o mejore el sistema ambiental.
• Pone su confianza en el desarrollo e implantación de tecnologías limpias.
• Restaura los ecosistemas dañados.

       En los actuales años, la palabra “desarrollo sostenible” ha tomado una gran notabilidad en el lenguaje político, económico y social a nivel global. En palabras simples, el desarrollo sostenible se refiere a un prototipo de desarrollo que utilice los recursos disponibles en el presente, sin comprometer su existencia en el futuro.

       El crecimiento demográfico mundial ha crecido exponencialmente y su ritmo parece no detenerse, especialmente en los países en vías de desarrollo. De igual manera, los estándares de consumo de estas poblaciones se incrementan, demandando cada vez un mayor número de bienes que en última solicitud provienen de los recursos naturales.
A esta presión sobre los recursos naturales, se suma el impacto que producen sobre el medio ambiente los procesos agrícolas e industriales. En muchos casos, las malas prácticas en los procesos generan un deterioro de recursos vitales como el agua, los bosques y la tierra, los cuales se renuevan a un ritmo más lento del que son explotados. Todo ello tiene un impacto en el ser humano y las medidas deben ser tomadas para afrontarlo de la mejor manera posible. Es aquí donde el concepto de desarrollo sostenible debe pasar de la teoría a la práctica.


      Sin embargo, por ser éste un inconveniente de magnitud global, no puede ser afrontado individualmente por los países, las políticas públicas que se implementen deben hallarse coordinadas multilateralmente, en este sentido, es significativo que se genere un liderazgo internacional de algún país o región.

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      La importancia del desarrollo sostenible radica en que este consiste en velar por el mejoramiento de la calidad de vida en toda actividad humana, utilizando para esto solamente lo necesario de los recursos naturales.

domingo, 3 de febrero de 2019

LA CONTAMINACIÓN POR RESIDUOS TECNOLÓGICOS

        Querer tener el último dispositivo del momento, comprar una nueva computadora, adquirir un dispositivo que sea por necesidad o gusto, son acciones típicas y comunes en nuestro día a día actual. Pero, ¿Qué sucede con “lo viejo”? ¿Dónde para lo que desechamos? ¿Cuáles son sus posibles consecuencias? ¿Qué tan culpables somos de la acumulación de chatarra electrónica?
        Preguntas e incógnitas que podrían multiplicarse hacia el infinito y más allá. En esta ocasión queremos mostrarles qué son los desechos tecnológicos, sus causas y consecuencias tanto a presente y a futuro. Y, lo más importante de todo, que sea un motivo de reflexión personal para cada uno sobre nuestros hábitos y comportamientos.

Contaminación


        Según Wikipedia, se define como chatarra electrónica, desechos electrónicos o basura tecnológica, a todo dispositivo alimentado por la energía eléctrica cuya vida útil haya culminado (según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).
       De modo complementario, se denomina obsolescencia programada u obsolescencia planificada a la determinación, la planificación o programación del fin de la vida útil de un producto o servicio, de modo tal que tras un período de tiempo calculado de antemano por el fabricante o por la empresa durante la fase de diseño de dicho producto o servicio, éste se torne obsoleto, no funcional, inútil o inservible.
       A nivel mundial se producen 50 millones de toneladas de desechos electrónicos por año. Según estimaciones, cada habitante del planeta produce, en promedio, 3 a 3,5 kg de chatarra tecnológica por día. O, si quieren hacerlo un poco más diferenciado; en Argentina cada persona ocasiona 2,5 Kg de este tipo de basura por día. En Estados Unidos son 15 kg cada habitante, y en Europa 20 kg; por solo nombrar algunos ejemplos.
      Esto no es algo que afecta a algunos pocos, sino es una situación a nivel mundial. Mientras los aparatos están en funcionamiento no presentan ningún tipo de riesgo, salvo el dióxido de carbono que puedan producir; pero al ser desechados en basurales comunes, estos artefactos reaccionan con el agua y la materia orgánica liberando tóxicos al suelo y a las fuentes de aguas subterráneas. Y ahí es cuando la contaminación se torna más seria.


         Profesionales de la salud detallan los problemas que suponen para el organismo materiales como el plomo (perturbaciones en la biosíntesis de la hemoglobina y anemia, incremento de la presión sanguínea, daño a los riñones, abortos, perturbaciones del sistema nervioso y disminución de la fertilidad del hombre), el arsénico (que resulta letal), el selenio (desde sarpullido e inflamación de la piel hasta dolores agudos), el cadmio (diarrea, dolor de estómago y vómito severo, fractura de huesos, daños al sistema nervioso, e incluso puede provocar cáncer), el cromo (erupciones cutáneas, malestar de estómago, úlcera, daños en riñones e hígado y cáncer de pulmón), el níquel (afecta los pulmones, provoca abortos espontáneos).
       Uno de los dispositivos que más preocupa a ambientalistas son los teléfonos celulares, los cuales contienen en sus baterías componentes altamente tóxicos como: el litio, el níquel o el cadmio.

Soluciones


       Ahora bien, ¿Se puede hacer algo para frenar y dar una solución a esto? Querer tener algo concreto de un día para el otro es extremadamente difícil – para no decir imposible – no obstante, desde hace algunos años se viene tomando conciencia y algún que otro tipo de acción al respecto.

Un acercamiento ha sido a través de las leyes. Por ejemplo en la India en 2011 se aprobó una Ley de Basura Electrónica que responsabiliza a las empresas de hacerse cargo de todo el ciclo de vida de los productos electrónicos, desde el diseño hasta su reciclaje una vez que deja de funcionar.
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        Otra alternativa ha sido pensar y favorecer dispositivos reutilizables. Recientemente Google y Motorola presentaron el “Proyecto Ara“,un smartphone modular en el que se pueden reemplazar piezas. De este modo podrías actualizar la batería o el procesador del equipo sin tener que desechar todo el dispositivo.
          Si la idea toma vuelo, podría plantear una alternativa para las millones de personas que usan gadgets a diario para trabajar y desarrollar sus actividades. La gente adquiere productos diariamente y remplaza a otros. ¿Se puede salir de este círculo? Por lo escrito hasta aquí, no se ve escapatoria. Y los estudios y estadísticas tampoco son tan optimistas.
        Lo más importante es comenzar a tomar conciencia por parte de cada uno de nosotros. Si uno no hace nada por el lugar en el que vive, muy difícilmente otros lo hagan.

EFECTOS DE LA CONTAMINACIÓN DE AGUAS


      El agua es uno de los elementos naturales que se encuentra en mayor cantidad en el planeta Tierra. También es gran responsable de la posibilidad de desarrollo de las distintas formas de vida: vegetales, animales y el ser humano. Los organismos de todos los seres vivos están compuestos de agua en una alta proporción, siendo que ésta es la que compone los músculos, órganos y los diferentes tejidos. Por esto, sin agua no es posible la vida.


   Uno de los mayores problemas mundiales en la actualidad es la falta de acceso de agua dulce y potable por saneamiento. Si, además, le sumamos el problema de la contaminación del agua, se empeora el panorama. La contaminación se produce por los residuos vertidos, los fertilizantes, pesticidas o químicos que desembocan en las aguas dulces y que acaban por contaminar también el agua salada. Sobre este problema, la ONG InpirAction dice: “Más de 1.000 millones de personas sufrirán en el futuro la escasez de agua a causa de la contaminación, la superpoblación y el cambio climático, que afectan a las fuentes de este recurso esencial”.
    A su vez, según el informe de 2016 de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo, casi el 80% de los puestos de trabajo que constituyen la fuerza laboral mundial dependen del acceso a un suministro adecuado de agua y servicios relacionados con el agua, incluyendo el saneamiento.
Causas y consecuencias de la contaminación del agua
    El agua es necesaria para cultivar y procesar alimentos, también brinda energía a la industria con el objeto de satisfacer a una población en constante crecimiento. La gestión inadecuada de las aguas residuales urbanas, industriales y agrícolas, conlleva a que el agua que beben cientos de millones de personas se vea peligrosamente contaminada o polucionada químicamente. La contaminación del agua también provoca que parte de los ecosistemas acuáticos terminen desapareciendo por la rápida proliferación de algas invasoras que se nutren de todos los nutrientes que les proporcionan los residuos.
    Un aspecto importante es la división del agua según su grado de contaminación. El primero es la polisaprobia: agua que está fuertemente contaminada con carbono orgánico, caracterizada por una población de organismos específicos y normalmente con una concentración muy baja e incluso total ausencia de oxígeno. El segundo es la mesosaprobiana: los organismos que viven en medios con una cantidad moderada de materia orgánica y variable cantidad de oxígeno en disolución, como algunas algas clorofíceas. Por último, se encuentra la oligosaprobiana: zonas de vertido de aguas residuales a un río, donde las aguas han alcanzado el aspecto y características de su estado natural.
Resultado de imagen de contaminacion del agua    La contaminación de agua se genera por diferentes tipos de vertidos: aguas de proceso, aguas fecales y aguas blancas. El primero es un vertido del proceso productivo, con lo que su carga contaminante va a depender de la actividad industrial. El segundo es generado en los aseos y asimilables a aguas residuales domésticas. Y el último, se les suele llamar “aguas crudas” por su carácter previo a la potabilización. Su importancia está en que son la base de la producción de agua para el consumo humano masivo.
    Los servicios de agua y saneamiento insuficientes o gestionados de forma inapropiada exponen a la población a riesgos prevenibles para su salud: enfermedades como el cólera, diarreas, disentería, hepatitis A, la fiebre tifoidea y la poliomielitis. Esto es especialmente cierto en el caso de los centros hospitalarios en los que tanto los pacientes como los profesionales quedan expuestos a mayores riesgos de infección y enfermedad cuando no existen servicios de suministro de agua, saneamiento e higiene.
    Según un artículo de Responsabilidad Socio Sanitaria en octubre de 2016, se calcula que unas 842.000 personas mueren cada año de diarrea como consecuencia de la contaminación del agua, de un saneamiento insuficiente o de una mala higiene de las manos. Esta infección es altamente prevenible, pero sigue siendo responsable de la muerte de 361.000 niños menores de cinco años, muertes que se podrían evitar si se abordaran estos factores de riesgo.
Resultado de imagen de contaminacion del agua    En los lugares donde el agua no es fácilmente accesible, las personas pueden considerar que lavarse las manos no es una prioridad, lo que aumenta la probabilidad de propagación de la diarrea y otras enfermedades. La diarrea es la enfermedad más conocida que guarda relación con el consumo de alimentos o de la contaminación del agua. Sin embargo, hay también otros peligros: casi 240 millones de personas se ven afectadas por esquistosomiasis, una enfermedad grave y crónica provocada por lombrices parasitarias contraídas por exposición a agua infestada.
    Además, en muchas partes del mundo, los insectos que viven o se crían en el agua son portadores y transmisores de enfermedades como el dengue. Algunos de estos insectos, denominados vectores, crecen en el agua limpia, y los contenedores domésticos de agua para bebida pueden servir como lugares de cría. Tan solo con cubrir estos contenedores es posible reducir la cría de vectores y reducir también la contaminación fecal del agua en el ámbito doméstico.
    Otra de las causas de la contaminación del agua es la deforestación en las zonas costeras y la creciente demanda de la construcción de gigantescos edificios. Esto produce que los suelos en esas zonas se vuelvan vulnerables. A su vez, si le agregamos que la pavimentación no permite el paso a las filtraciones de aguas fluviales cuando llueve, el ecosistema se ve seriamente perjudicado. Esto favorece que las aguas saladas se filtren por debajo contaminando las aguas dulces.

    Algunas posibles soluciones para el problema de la contaminación del agua son:
1) Plantar árboles en las orillas de los ríos o lagos.
Un río por regla general debe tener en ambos lados una franja considerable de bosque nativo para evitar la erosión y así conservar su profundidad natural. Asimismo, en las orillas de los ríos los árboles cumplen con la importante misión de conservar el agua, la flora y la fauna que conforman los ecosistemas naturales.
2) Uso adecuado de los productos por parte de las industrias
La prevención de la contaminación incluye prácticas que reducen el uso de materiales peligrosos para así proteger los recursos naturales. A su vez, otra medida preventiva sería el cambio del producto incluyendo modificaciones en la composición para reducir el volumen y la toxicidad de los residuos durante el ciclo de vida de estos. De esta manera cuidamos y protegemos a los ecosistemas y al medioambiente en general.
3) Usar la bicicleta
La mejor manera de reducir la contaminación del agua es disminuyendo el uso de combustibles fósiles y la mejor manera es hacerlo en bicicleta. A su vez, es una medida que beneficia a nuestra economía porque reducimos los costos asociados a combustible, estacionamiento y el movernos en bicicleta resulta entre 50 a 100 veces más barato que movernos en un automóvil.
4) Reducción del uso de los productos químicos en las plantaciones
Para reemplazar el uso de productos dañinos para el medioambiente existen diversos productos de origen biológico que contribuyen al control de las plagas de manera eficaz y sana, como por ejemplo: los bioestimulantes, biopesticidas y bioelicitores.
Los primeros son sustancias de origen biológico que promueven el desarrollo de las planta y mejoran su metabolismo. Esto último hace que las plantas sean más resistentes ante condiciones adversas, como sequías o las plagas. Los segundos son empleados principalmente para el control de plagas en agricultura. La bacteria del biopesticida provoca una enfermedad en los insectos y destaca por apenas tener efectos en otros organismos y por ser respetuoso con el medioambiente. Los últimos estimulan el metabolismo secundario de las plantas y está íntimamente relacionado con la protección del cultivo y la productividad.
5) Controlar los vertidos
Para que la contaminación del agua se reduzca, debe haber una clara y concisa formación profesional para los operarios encargados de las líneas productivas de las industrias. Un primer paso sería establecer y dar a conocer procedimientos escritos que describan, en función del producto vertido, las acciones a llevar a cabo, el orden en que se han de realizar y los materiales a utilizar. Además de disponer en las zonas de almacenamiento de un sistema de recogida de aguas residuales independiente del sistema general, e instalar contadores de consumo de aguas.
    Un segundo paso sería recircular el agua de los circuitos de refrigeración, previo enfriamiento, en torres de refrigeración o intercambiadores de calor. A su vez, separar las aguas residuales que contengan contaminantes tóxicos y/u orgánicos de aquellas aguas no contaminadas.
    Un tercer paso sería realizar inspecciones de la red hidráulica y colectores y establecer planes de mantenimiento y desinfección de las instalaciones y equipos. Asimismo, establecer un sistema de recogida de lixiviados que impida el vertido incontrolado de los mismos hasta suelos desprotegidos.
    Un último paso sería introducir bandejas, canaletas para la recogida de derrames y goteos en las bocas de los tanques de trasiego y la línea de envasado. Además, recoger los goteos de lubricante de cadenas y almacenar las tierras gastadas separadamente del resto de residuos orgánicos generados durante la vendimia.
    A modo de conclusión, debemos plantearnos en qué planeta queremos vivir: poniéndole atención a las especies que están en peligro de extinción y utilizando la tecnología para hacer el bien y salvar al medio ambiente. Démosle importancia a este tipo de actividades que benefician a todos los seres que habitamos este bello planeta. Aportando nuestra cuota de solidaridad con el ecosistema podemos ser parte de la solución y así podremos ver los resultados a largo plazo.

15 de marzo. Huelga por el medioambiente

Este viernes 15 de marzo estudiantes de más de 100 países secundan una huelga internacional contra el cambio climático bajo el lema Friday...